A finales de agosto, Monika Stankiewicz, Secretaria Ejecutiva del Convenio de Minamata, se embarcó en un viaje a la bahía de Minamata, en Japón, con el objetivo de estrechar lazos con la región y honrar a las víctimas de la enfermedad de Minamata.
Stankiewicz, acompañada de Eisaku Toda, Oficial Superior de Gestión de Programas, siguió un itinerario que reflejaba tanto el pasado como el futuro del Convenio: desde la puerta principal de la fábrica que dio origen a la tragedia en las décadas de 1950 y 1960 y las antiguas tuberías de vertido de aguas residuales hasta el terreno restaurado de la costa contaminada, llamado Eco Park, que da a la hermosa bahía de Minamata, donde han vuelto los peces y los corales, una zona que actualmente sirve como fuente de esperanza y curación. Eche un vistazo a la cobertura de los medios de comunicación japoneses aquí.
Tras presentar sus respetos en el monumento a las víctimas de la enfermedad de Minamata y en el monumento conmemorativo de la Conferencia Diplomática donde se firmó el Convenio hace casi 10 años, Monika Stankiewicz declaró que “la bahía de Minamata es un lugar cercano a nuestro corazón por la tragedia humana y ambiental que aquí se produjo debido al mercurio. Lo que ocurrió en Minamata vive en nuestra memoria como un recordatorio de la urgencia de que el mercurio pase a la historia”.
El recorrido incluyó una visita a centros comunitarios y ONG locales, donde se reunió con víctimas de la enfermedad de Minamata. Entre ellas se encontraban Shinobu Sakamoto, que participó en la primera reunión de la Conferencia de las Partes; Koichiro Matsunaga, que asistió a la tercera reunión de esta; y Aileen Mioko Smith, reconocida activista y esposa del fotógrafo Eugene Smith, cuyo trabajo periodístico ayudó a concienciar sobre los efectos tóxicos del mercurio en Minamata.
Monika Stankiewicz también tuvo la oportunidad de conocer a Masami Ogata, presidente de la Asociación de Narradores de la Enfermedad de Minamata. Durante su encuentro, él le regaló una de las muñecas kokeshi que ha tallado personalmente en madera procedente de Eco Park. El mensaje de Masami es que la comunidad internacional no puede permitirse que se repita la tragedia de Minamata en otras partes del mundo, que es necesario aprender del pasado y mirar hacia el futuro. Las muñecas kokeshi como esta representan una tradición dentro del Convenio de Minamata, ya que se pasan del presidente saliente de la Conferencia de las Partes a su sucesor entrante y sirven como recordatorio de su misión común de hacer frente al mercurio tóxico.
Durante la visita, también se profundizó en los aspectos científicos de la repercusión del mercurio en la región, como ocurrió durante la visita al Instituto Nacional de la Enfermedad de Minamata, donde los investigadores presentaron sus hallazgos y mostraron sus avanzadas instalaciones de investigación. Allí, ambos miembros de la secretaría se sometieron a análisis capilares para detectar la exposición al mercurio, lo que pone de relieve la importancia actual de la investigación y la vigilancia.
Además, visitaron el Centro Medioambiental de la Prefectura de Kumamoto y el Museo Municipal de la Enfermedad de Minamata, y reflexionaron sobre el texto grabado en una placa conmemorativa del museo que incluye lo siguiente: “Creemos que es nuestra gran responsabilidad seguir transmitiendo nuestra experiencia a las personas de Japón y de todo el mundo. De este modo, nos aseguramos de que las generaciones futuras no vuelvan a sufrir el tipo de contaminación que causó esta tragedia y podemos compartir estas lecciones con toda la humanidad”.
El Convenio debe su nombre a la bahía de Japón donde, a mediados del siglo XX, las aguas residuales industriales contaminadas con mercurio envenenaron a miles de personas, lo que les provocó graves daños para la salud que se conocieron como la “enfermedad de Minamata”. Desde que entró en vigor el 16 de agosto de 2017, 146 Partes han colaborado para controlar el suministro y el comercio de mercurio, reducir el uso, las emisiones y las liberaciones de mercurio, sensibilizar a la población y crear la capacidad institucional necesaria.