Empoderamiento de las comunidades: la extracción artesanal de oro sin mercurio lucha contra la pérdida de diversidad biológica

16 Ago 2023

Cada semana, Ibu Sugiyanti se dirige al campamento de extracción de oro en pequeña escala, donde enseña alternativas sin mercurio a otras mujeres mineras. El yacimiento está situado en la isla indonesia de Sumatra, en la aldea de Logas, una impresionante zona crítica para la biodiversidad que acoge también a cientos de mineros del oro en pequeña escala. Con su labor, Sugiyanti pretende empoderar a las mujeres y transformar la forma de abordar la minería en este enérgico rincón de Sumatra. 

Forma parte del proyecto planetGOLD Indonesia, cuyo objetivo consiste en reducir y, con el tiempo, eliminar el uso del mercurio en el sector de la extracción de oro artesanal y en pequeña escala. Se trató de lograr este objetivo reforzando las instituciones, aumentando el acceso de las comunidades mineras a la financiación necesaria para adquirir tecnologías de procesamiento sin mercurio y colaborando de manera estratégica con las mujeres de las comunidades dedicadas a la extracción de oro artesanal y en pequeña escala a fin de apoyar su participación y su empoderamiento económico. Ibu Sugiyanti, en su calidad de líder, conoce bien los peligros que conlleva el mercurio para la comunidad cuando se utiliza para recuperar el oro del mineral y, en particular, cómo afecta de forma desproporcionada a las mujeres. “Me gusta difundir mis conocimientos para que las mujeres mineras no vuelvan a utilizar mercurio. No quiero que mis descendientes y otras mujeres mineras de mi aldea corran riesgos con el mercurio”, afirma Sugiyanti.

Indonesia Planet GOLD
Ibu Sugiyanti enseñando técnicas de extracción de oro artesanal y en pequeña escala sin mercurio. Créditos: PlanetGOLD Indonesia

La extracción de oro artesanal y en pequeña escala continúa siendo la actividad que más mercurio utiliza, emite y libera en todo el mundo, lo que conlleva efectos nocivos para la salud humana, los ecosistemas y la diversidad biológica a nivel global. La extracción de oro artesanal y en pequeña escala, vigente en más de 70 países, a menudo en zonas con escasas oportunidades económicas, da empleo a unos 15 millones de personas, de las cuales entre 4 y 5 millones son mujeres y niños. Cuando se utiliza mercurio, el sector no solo plantea riesgos para la salud y el medio ambiente, sino que también afecta gravemente a grupos vulnerables como las mujeres, los niños, los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, quienes quizá ya estén lidiando con importantes factores de riesgo socioeconómico preexistentes. 

Reconociendo el carácter urgente de esta cuestión, muchas partes en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio, un tratado mundial que este año cumple seis años, han trabajado de forma activa para hacer frente a los retos que plantea la extracción de oro artesanal y en pequeña escala. El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), en su papel de parte del mecanismo financiero del Convenio, ha financiado el desarrollo de 48 planes de acción nacionales para la extracción de oro artesanal y en pequeña escala. Los planes de acción nacionales para la extracción de oro artesanal y en pequeña escala son el punto de partida para que una parte en el Convenio reúna a los interesados con el fin de desarrollar y aplicar estrategias viables que protejan la salud humana y el medio ambiente frente al uso del mercurio en esa clase de minería. También pueden desempeñar una función fundamental en las iniciativas de carácter más general destinadas a abordar los abrumadores retos de la deforestación, la invasión de tierras protegidas y la pérdida de diversidad biológica, mediante enfoques como la aplicación de reglamentaciones relativas al comercio de mercurio, la mejora de la transparencia en el comercio y la cadena de suministro del oro, y la priorización del consentimiento libre, previo e informado de los Pueblos Indígenas. Estos enfoques son esenciales para lograr una protección duradera de las comunidades y el medio ambiente.

Aunque alabamos la labor de las partes que han desarrollado de manera satisfactoria planes de acción nacionales acordes a los requisitos del Convenio, la minimización de los efectos del mercurio en las zonas donde se practica la extracción de oro artesanal y en pequeña escala todavía está en progreso. “Los planes han brindado a las partes en el Convenio la oportunidad de encontrar soluciones a medida para el uso del mercurio en la extracción de oro artesanal y en pequeña escala. Esto implica gestionar los efectos más generales del sector y aprovechar el potencial de la extracción de oro artesanal y en pequeña escala para abordar sus necesidades únicas de desarrollo. Debemos redoblar los esfuerzos en materia de creación de capacidad, asistencia técnica e intercambio de conocimientos, e integrarlos realmente con la diversidad biológica y otras estrategias a nivel nacional, a fin de que muchas más comunidades dedicadas a la extracción de oro artesanal y en pequeña escala estén plenamente empoderadas para adoptar prácticas más seguras, responsables y sostenibles: unos primeros pasos importantes para reducir la exposición al mercurio y fomentar el bienestar tanto de los mineros como de sus familias”, destacó Monika Stankiewicz, Secretaria Ejecutiva del Convenio de Minamata.

El mecanismo financiero del Convenio de Minamata, compuesto por el FMAM y el Programa Internacional Específico para apoyar la creación de capacidad y la asistencia técnica, desempeña una función fundamental a la hora de empoderar a las partes para reducir el uso del mercurio en la extracción de oro artesanal y en pequeña escala. Hasta la fecha, 22 partes han participado en el programa planetGOLD, financiado por el FMAM y dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que promueve de manera activa tecnologías y procesos alternativos en la extracción de oro artesanal y en pequeña escala, así como un suministro mundial de oro limpio procedente de los pequeños mineros. Los proyectos llevados a cabo en países como Burkina Faso, Colombia, Filipinas, Guyana, Indonesia y el Perú ya han logrado avances significativos en el desarrollo de nuevos sistemas de procesamiento sin mercurio.

Además, el programa de trabajo de 1.400 millones de dólares aprobado recientemente por el Consejo del FMAM pretende acelerar los esfuerzos encaminados a hacer frente a las crisis del clima, la diversidad biológica y la contaminación, y se espera que parte de la financiación se destine a proyectos diseñados para reducir la contaminación por mercurio. 

El Convenio de Minamata, en su relativamente corta vida, ha logrado estrechas colaboraciones a través de sus partes para reducir y prevenir las emisiones y liberaciones de mercurio en el medio ambiente, minimizando así sus repercusiones en los ecosistemas y la fauna y flora silvestres. Cuando se libera, la contaminación por mercurio es capaz de recorrer largas distancias, se bioacumula en los peces y amplifica sus efectos a través de la bioamplificación, de modo que contamina la cadena alimentaria. Los Pueblos Indígenas y las comunidades locales pueden correr especial peligro debido a sus conexiones económicas, espirituales y culturales con la tierra, así como a su dependencia de los recursos alimentarios e hídricos locales. 

“El año pasado, la Conferencia de las Partes aprobó una decisión para que las partes colaboraran con los Pueblos Indígenas, las comunidades locales y otras partes interesadas pertinentes en el desarrollo y la aplicación de los planes de acción nacionales. Esperamos que la próxima Conferencia de las Partes reconozca las variadas necesidades y prioridades de los diferentes Pueblos Indígenas y comunidades locales afectados por la extracción de oro artesanal y en pequeña escala, y les proporcione plataformas que contribuyan a la gobernanza del mercurio de una manera más inclusiva y equitativa a fin de atajar la contaminación por mercurio y evitar una mayor pérdida de la diversidad biológica”, anunció Stankiewicz.

Con el apoyo del Programa Internacional Específico del Convenio de Minamata, 24 proyectos de partes que son países en desarrollo y partes con economías en transición han iniciado sus labores para combatir la contaminación por mercurio. Mediante la aplicación de prácticas ambientalmente idóneas y la promoción de alternativas sin mercurio, el trabajo realizado en el marco del Convenio está ayudando a reducir los efectos perjudiciales del mercurio en los ecosistemas acuáticos, protegiendo a las especies vulnerables y velando por la integridad de la diversidad biológica de nuestro planeta.

En octubre, la quinta reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio de Minamata tiene la oportunidad de seguir recortando la contaminación mundial por mercurio al aumentar las iniciativas destinadas a reducir el uso de mercurio en los procesos, continuar atajando la utilización del mercurio en los productos de consumo, fortalecer la aplicación de los planes de acción nacionales, renovar el apoyo al Programa Internacional Específico y lograr avances cruciales en la medición de la eficacia del Convenio.  

En medio de estas iniciativas, personas entregadas como Ibu Sugiyanti están abriendo camino. Las comunidades locales de lugares como Logas y muchas otras aldeas están dando los primeros pasos para conciliar sus necesidades económicas con la protección ecológica y sanitaria. Suscitan un efecto dominó mundial que puede empoderar a los millones de mujeres, niños, Pueblos Indígenas y comunidades locales que corren peligro a diario por la exposición al mercurio, así como respaldar sus necesidades. Nos recuerdan que, mediante compromisos firmes y esfuerzos concertados a nivel local, y a través del trabajo conjunto de las autoridades gubernamentales y las partes interesadas a nivel nacional e internacional, la comunidad mundial realmente puede lograr que el mercurio pase a la historia.